La cosa es que los niños no nacen sabiendo cómo expresar sus sentimientos… lo aprenden. Y cuanto antes lo hagan, mejor. Las investigaciones demuestran que cuando los niños pueden reconocer y expresar sus sentimientos, todo cambia, desde cómo gestionan la frustración hasta cómo se conectan con los demás.
He aquí por qué es importante:
• Inteligencia emocional = inteligencia de vida: Nombrar las emociones desarrolla la inteligencia emocional y eso está vinculado a mejores amistades, un mejor desempeño escolar y un estado mental más saludable.
• Menos crisis, más autocontrol: cuando los niños pueden decir “estoy enojado” o “estoy nervioso”, controlan mejor sus reacciones en lugar de dejar que esos sentimientos los dominen.
• Mejor comunicación: Identificar los sentimientos ayuda a los niños a expresarse de maneras que los adultos (y otros niños) realmente entienden. Esto se traduce en menos malentendidos y más empatía.
• Habilidades de afrontamiento saludables: una vez que los niños saben lo que sienten, pueden descubrir cómo lidiar con ello, ya sea pidiendo ayuda, tomándose un descanso o encontrando una solución.
• Salud mental a largo plazo: La conciencia emocional temprana puede reducir el riesgo de ansiedad y depresión más adelante al enseñar a los niños que los sentimientos deben expresarse, no reprimirse.
En Feelings Found, creemos que la alfabetización emocional es tan importante como aprender a leer o a hacer matemáticas, porque es una habilidad que usarán el resto de sus vidas. Por eso creamos la Rueda de Los Niños: una herramienta sencilla y colorida que ayuda a los niños (y a los adultos que los rodean) a expresar con palabras lo que les sucede en su interior.
Porque cuando los niños pueden nombrarlo, pueden navegarlo.